El primer paso en cualquier rehabilitación, sería la revisión de la estructura completa de la edificación que se mantiene ya que puede haberse producido variaciones entre el tiempo de redacción del proyecto y el inicio de las obras, sobre todo en el caso de obras públicas.
Si durante la redacción del proyecto no ha sido posible realizar testigos, éstos se harán previo al inicio de obras, tanto en lo que se refiere a estructuras de madera, muros de carga y pilastras existentes, y se analizarán para obtener conclusiones sobre las soluciones definitivas a adoptar.
Una vez con todos los datos en nuestro poder (proyecto, testigos, etc…) se procederá al apuntalado del forjado a rehabilitar por medio de sopandas, puntales, durmientes o tablero continuo, según sea el caso.
Posteriormente retiramos los solados o pavimentos existentes sobre el forjado así como de los elementos de relleno que haya, dejando las vigas de madera y los revoltones vistos por su cara superior para ver el estado en el que se encuentran.
Y aquí nos podemos encontrar con tres casos:
-Que las vigas se encuentren en buen estado, por lo que la única actuación a realizar sería su tratamiento contra la humedad y contra xilófagos.
-Que las vigas principales o secundarias estuvieran muy dañadas por una pérdida importante de su sección, se procederá a sustituirlas. En este caso además del costo de la sustitución de la madera habría que añadir la demolición y posterior reconstrucción de los revoltones colindantes con aparejo idéntico al existente en los revoltones ya ejecutados, prestando especial cuidado en su ejecución al humedecido de los ladrillos, y ejecutando la 2ª rosca cuando fragüe el yeso de la primera, lo cual sucede con rapidez.
Detalle de cabeza de viga nueva
-Que las vigas sufrieran un daño menor o que no queremos optar por su sustitución por lo que éstas serán reforzadas. La opción más usual es la colocación de perfiles metálicos y aquí nos podemos encontrar con numerosas soluciones de distintas casas comerciales (refuerzos inferiores, refuerzos en apoyos, refuerzos con fibra de carbono, etc…)
Una vez éste el forjado en perfecto estado, se colocarán tirafondos de acero en las vigas de madera, cuyo objetivo es la unión de las correas de madera a la capa de compresión del forjado. No he encontrado una normativa específica que diga a que distancia tienen que estar colocados entre sí, por lo que se ejecutarán según lo indicado en el proyecto de ejecución correspondiente. Según mi experiencia suelen situarse cada 25 cms aproximadamente y se pueden colocar a tresbolillo o en línea recta en el centro de la viga.
Posteriormente situaremos el aislamiento de poliexpan entre las vigas de madera consiguiendo así aligerar el peso propio del forjado. Otra opción válida, sería la de utilizar hormigones aligerados.
Por último colocaremos el armado de refuerzo de las vigas de madera y el mallazo de la capa de compresión, es conveniente realizar rozas en las zonas de las cabezas de las vigas y en los laterales de los muros para que la capa de compresión apoye en los muros de carga y trabaje el conjunto solidariamente.
Forjado previo a su hormigonado
Finalmente procederemos al hormigonado del forjado evitando en la medida de lo posible que se haga desde demasiada altura.
¿Cual es vuestra experiencia en este tipo de proyectos de rehabilitación? Os animo a hacerlo a través de los comentarios del blog.
Bibliografía recomendada
Atlas de detalles constructivos. Rehabilitación
4 Comentarios
Iñigo Ibáñez Udaondo
16 septiembre, 2014 at 9:07 amArtículo muy interesante, y muy bien explicado….
Al respecto de la ubicación de los tirafondos, cabe decir que sí se pueden/deben concretar, y que dependen de la fuerza rasante que deban resistir entre capa de hormigón y madera.
Por lo tanto no sólo se debe definir su ubicación, sino también su calibre y la longitud de penetración en la madera (para evitar rasgaduras) y la longitud que queda embebida en el hormigón.
En sus cursos de rehabilitación, Robert Brufau presenta un método de cálculo muy interesante a ese respecto.
Un saludo:
Iñigo Ibáñez Udaondo, arquitecto
http://www.ibanez.biz
somarquitectura
16 septiembre, 2014 at 12:07 pmGracias Iñigo por la información. Ese aspecto era el que más desconocía ya que, en las obras que he ejecutado, toda la información venía en el proyecto de ejecución del arquitecto, y desconocía que había sistemas de cálculo al respecto.
Me alegra que te haya resultado interesante.
Saludos.
Raul
20 octubre, 2017 at 12:35 amHola Iñigo! Podrías comentar algo más sobre los métodos de cálculo de Brafau! Explicarlos o ver donde tener info
Gracias
Raúl ferrer
perlyblog
5 octubre, 2014 at 6:31 pmMe llama la atención la cuantía de armado sobre cada vigueta. Con esa solución lo que se hace es colgar las viguetas de madera de una estructura de hormigón y utilizar los revoltones como encofrado. Se comprende la recomendación de no hormigonar desde mucha altura. En los forjados de madera, lo que más he encontrado ha sido las entregas de las cabezas de viguetas perjudicadas, por lo que, en muchas ocasiones, y si las solicitudes de uso no van a ser extraordinarias, hay la posibilidad de colocar prótesis, bien de madera, bien metálicas, con bastante éxito. Como comentario aparte diré que una conocida OCT me impidió utilizar fibra de carbono en el refuerzo de viguetas, porque «no habían transcurrido suficientes años del uso del sistema».